Las consecuencias del consumo de cocaína se manifiestan en todos los ámbitos del cuerpo humano y la personalidad de sus consumidores.
Consecuencias del consumo de cocaína a corto plazo
Empiezas un sábado por la noche, de fiesta, como algo inocente. Poco a poco va pasando de ser algo puntual a un hábito. Y cuando te das cuenta estás totalmente enganchado. La cocaína es una de las drogas más adictivas como puedes ver en las estadísticas del Consumo de Cocaína en Europa y España. Cuando te falta, sus primeros efectos son la depresión y la ansiedad nerviosa por conseguir más.
Una de las consecuencias del consumo de cocaína es que no tienes hambre, ni duermes apenas; sientes que tu cuerpo no lo necesita. Tu ritmo cardíaco se acelera, tienes espasmos y episodios paranoides. Estás agresivo, alterado y ansioso. Cuando dejas de consumirla el mal humor sigue estando presente porque necesitas más coca para encontrarte bien.
Otra de las consecuencias del consumo de cocaína es que aumenta las posibilidades de sufrir un infarto, una apoplejía o fallos respiratorios. Cualquiera son de los tres son consecuencias de una sobredosis de cocaína y puede terminar en la muerte si no te atienden rápido.
Un análisis a una persona después de consumir cocaína mostraría que sus vasos sanguíneos se estrechan, dando lugar a problemas de circulación al no ser capaz el cuerpo de recibir toda la sangre que el corazón bombea. Altera la respiración y da lugar a episodios de ansiedad. Dilata las pupilas, alterando la percepción del entorno. Quita el apetito, y a la vez da náuseas. También provoca alucinaciones, como la sensación de tener insectos bajos la piel. Puede causar incluso la muerte repentina.
Una ruleta rusa en la que al final acabas perdiendo.
Las consecuencias del consumo de cocaína a largo plazo
Cuanto más consumes, más se acostumbra tu cuerpo, más te pide y más difícil es saciarte. Cada vez necesitas más y consumes más cantidad de cocaína. Con el tiempo vas dejando de comer progresivamente, pierdes peso, nunca tienes hambre ni sueño. No dormir lo suficiente ni alimentar tu cuerpo con los nutrientes que necesita va dando lugar a episodios de alucinaciones y psicosis.
La cocaína afecta al sistema nervioso y al cerebro, te bloquea los sistemas de transmisión de información para hacerte creer que necesitas consumir para estar bien. Eres un adicto, y tu vida gira en torno al consumo. Si te falta la droga puedes entrar en una fuerte depresión que puede alterar tu comportamiento, volverte inestable y hasta peligroso para ti y para los que están a tu alrededor. El síndrome de abstinencia de la cocaína es muy fuerte.
A largo plazo, el sistema circulatorio, el corazón y el cerebro quedan dañados de forma permanente. La presión sanguínea aumenta hasta el punto de dar lugar a infartos. Los daños renales, pulmonares y en el hígado son crónicos.
Y además se hace evidente que una persona es consumidora habitual de cocaína: el tabique nasal se va destruyendo por dentro y hunde la nariz en la cara, a la vez que los dientes se van volviendo débiles y se caen. Las alucinaciones son frecuentes: escuchas voces, sientes cosas que no existen. Pierdes por completo el apetito sexual, aunque tus órganos, de todas formas, no responden cuando intentas mantener relaciones. Eres una persona irritable, malhumorada, cada vez más violenta e incontrolable.
Efectos en el cuerpo a corto y a largo plazo:
- Ritmo cardiaco acelerado
- Mucha Agresividad
- Alta ansiedad
- Falta de apetito
- Falta de sueño
- Posibilidades de sufrir un infarto
- Problemas de circulación
- Episodios de alucinaciones y psicosis
- Depresión
- Daños renales, pulmonares y en el hígado
- te conviertes en una persona irritable, malhumorada, cada vez más violenta e incontrolable
La cocaína empieza destruyéndote, pero se lleva por delante a todos aquellos que se interponen en tu camino para intentar ayudarte. ¿Te merece la pena?
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Acerca del autor/a
Beatriz Cano Sánchez Psicóloga e integradora social Beatriz es Graduada en Psicología por la Universidad de Granada, además, complementando su formación, Beatriz también ha cursado estudios de Integración Social. Esta formación le ha dotado de las habilidades necesarias para promover la inclusión y promover el bienestar de personas en situaciones de vulnerabilidad. Actualmente, Beatriz se prepara para iniciar el Máster en Psicología General Sanitaria. Asimismo, Beatriz ha realizado diversos cursos complementarios que enriquecen su práctica profesional, entre estos destacan los enfocados al tratamiento y prevención del suicidio y el Trastorno Límite de la Personalidad.
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