El alcohol es una sustancia muy aceptada y normalizada en nuestra sociedad. Esta percepción de normalidad está contrastada con la realidad: según datos del Ministerio de Sanidad (2024), uno de cada trece habitantes en España consume alcohol a diario. A pesar de su aceptación social, el consumo habitual conlleva riesgos significativos para la salud física, mental y social, y el alcohol sigue siendo la droga más consumida en nuestro país.

¿Qué es el alcoholismo?

Definición médica y social

Podemos abordar el concepto de alcoholismo desde dos perspectivas distintas pero complementarias: la social y la médica.

Desde un enfoque social, el alcoholismo se percibe como un problema multifactorial que no solo afecta a quien lo padece, sino también a su entorno familiar, laboral y social. Este fenómeno está influido por factores culturales, económicos, ambientales y relacionales. Además, en sociedades donde el consumo de alcohol está social y culturalmente aceptado, como ocurre en España, se tiende a minimizar o incluso invisibilizar su gravedad, lo que dificulta su detección y tratamiento precoz.

En cambio, desde una perspectiva médica, el alcoholismo, también denominado como trastorno por consumo de alcohol, es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad crónica. Se caracteriza por un consumo excesivo y perjudicial de alcohol, que genera consecuencias significativas a nivel físico, psicológico y social. Esta condición está recogida en manuales diagnósticos como el DSM-5, donde se establecen criterios específicos para su diagnóstico, clasificados en distintos niveles de gravedad. Además, es una enfermedad derivada de factores genéticos y ambientales. 

En resumen, la medicina reconoce el alcoholismo como una enfermedad con base clínica y criterios diagnósticos objetivos, mientras que la sociedad lo experimenta como un fenómeno muchas veces normalizado, lo que contribuye a su invisibilización y a la falta de intervención temprana.

Señales comunes de una adicción al alcohol

La adicción al alcohol, también conocida como trastorno por consumo de alcohol, se manifiesta con un conjunto de comportamientos y síntomas tanto físicos, psicológicos y sociales. Entre las señales más comunes se encuentran:

  • Pérdida de control: incapacidad para limitar la cantidad de alcohol consumido.
  • Deseo persistente o esfuerzos infructuosos por dejar o reducir el consumo.
  • Tolerancia aumentada: necesidad de consumir mayores cantidades para lograr el mismo efecto.
  • Síntomas de abstinencia cuando no se consume (ansiedad, irritabilidad, sudoración, temblores)
  • Persistencia en el consumo a pesar de las consecuencias negativas.

Estos indicadores pueden ayudar a identificar un posible problema con el alcohol, aunque el diagnóstico debe ser realizado por un profesional de la salud. Para una orientación inicial más accesible, puedes consultar este artículo de Centro Tibbon sobre cómo saber si eres alcohólico.

Tipos de alcoholismo: una clasificación para entender mejor la adicción

Dentro de la clasificación de los tipos de alcoholismo, la más conocida fue propuesta por E.M. Jellinek en 1960. Aunque algunos elementos han sido revisados con el tiempo, sigue siendo una herramienta útil para comprender distintas formas de dependencia. Los  tipos de alcoholismo principales son:

  • Alcohólico alfa: Bebe para aliviar el dolor físico o emocional. El alcohólico alfa no pierde el control ni desarrolla dependencia física, aunque sí presenta una fuerte dependencia psicológica. En este caso no se considera una enfermedad en sí, sino que es un síntoma de un trastorno subyacente.
  • Alcohólico beta: Existe un consumo elevado y/o excesivo, pero no presenta dependencia física ni pérdida de control, pero sí desarrolla problemas sociales y físicos (como daño hepático o desnutrición). Tampoco se considera una enfermedad alcohólica. 
  • Alcohólico gamma: Es el tipo más severo. Hay pérdida de control, tolerancia creciente, síndrome de abstinencia y un fuerte deterioro de la vida personal y social. Este concepto está asociado con la enfermedad médica del alcoholismo. 
  • Alcoholismo Delta: En esta clasificación hay tanto dependencia física como psicológica, pero no hay pérdida de control sobre la cantidad que se consume en cada momento. es decir, puede parecer que nunca se embriaga visiblemente, pero necesita beber todos los días. 
  • Alcoholismo Épsilon: Es el tipo de alcoholismo que se manifiesta por episodios compulsivos, es decir, la persona puede estar sobrio durante largos periodos de tiempo, pero entra en fases de consumo elevado durante días.

El tipo de alcoholismo que desarrolla una persona está estrechamente relacionado con la forma en que progresa su consumo a lo largo del tiempo. Del mismo modo, las fases del alcoholismo (desde un consumo ocasional hasta una alcoholismo crónico) también influyen en cómo se manifiesta cada tipo. Por ejemplo, algunos tipos pueden permanecer durante años en fases más funcionales o sociales, mientras que otros evolucionan con mayor rapidez hacia la adicción. Esta interacción entre tipo y fase resulta clave para comprender la complejidad del trastorno y también para identificar señales de riesgo a tiempo y actuar antes de que el problema se cronifique.

Otras formas de alcoholismo menos conocidas

Dentro de la clasificación de tipos de alcoholismo de Jellinek, hay formas de alcoholismo socialmente menos reconocidas, pero no por ello menos relevantes o dañinas. Concretamente son: El alcohólico alfa y el alcohólico epsilon.

  1. El alcohólico alfa es aquel cuya adicción se manifiesta principalmente de forma psicológica. No presentan dependencia física ni pérdida de control en el consumo, pero utiliza el alcohol como herramienta para afrontar emociones como ansiedad o tristeza. Un ejemplo claro sería una persona que cada noche bebe para relajarse tras el trabajo, pero puede no hacerlo si lo desea.
  2. El alcohólico épsilon: Es bebedor episódico extremo. En este caso, el ejemplo de alcohólico épsilon sería una persona que no consume durante varios meses, pero luego tiene una recaída en la que consume altas cantidades y durante varios días. 

Estos tipos de alcoholismo, al ser menos evidentes, pueden pasar desapercibidos, dificultando su detección y retrasando el inicio de un tratamiento adecuado. Identificarlas y comprenderlas es clave si tú o alguien de tu entorno las presenta. 

Además, hay un concepto relevante: El alcoholismo funcional. Este se asocia principalmente con el tipo Beta dentro de la clasificación de Jellinek, y también puede incluir aspectos del alcoholismo Alfa y Delta. Se caracteriza por un consumo elevado de alcohol que, aunque no produce dependencia física ni una pérdida total de control, sí genera problemas en diversas áreas. Las personas con alcoholismo funcional suelen mantener su vida diaria y responsabilidades, lo que hace que su problema pase muchas veces desapercibido tanto para ellos como para su entorno, por ejemplo, el alcoholismo funcional describe personas que suelen mantener su vida social y laboral. Sin embargo, esta aparente normalidad no está exenta de riesgos: el consumo prolongado puede derivar en daños físicos y mentales importantes, y en algunos casos, evolucionar hacia formas más graves de dependencia. Este tipo de alcoholismo puede durar años antes de manifestar consecuencias visibles. Por ello, es clave identificar y tratar este tipo de alcoholismo a tiempo para evitar consecuencias negativas a largo plazo.

¿Qué tipo de alcohólico soy? ¿Por qué es importante identificarlo?

Evaluación y señales clave

Identificar el tipo de alcoholismo que tiene una persona puede ser fundamental en su evaluación y proceso de tratamiento. No todas las personas que presentan trastorno por  consumo de alcohol tienen los mismos patrones, por lo que el tratamiento debe ser individualizado. 

Para una evaluación y diagnóstico adecuado, no podemos olvidar que debe hacerlo un profesional. Dentro de ella se observa la frecuencia y cantidad de consumo, motivaciones para ello, síntomas físicos y psicológicos, pérdida de control, consecuencias negativas en diferentes ámbitos (laboral, salud, relacional, etc), entre otros. 

Cómo ayuda el diagnóstico en el tratamiento

El diagnóstico no solo es poner una etiqueta al problema de la persona, sino que orienta para realizar un tratamiento más adecuado. Por ejemplo, para el alcohólico alfa sería adecuado enfocar un tratamiento al manejo emocional, en cambio, el alcohólico gamma requeriría de un tratamiento más profundo, ya que además de dependencia psicológica, tienen una fuerte dependencia física, siendo muchas veces necesario incluso un tratamiento farmacológico. 

Tratamientos según los tipos de alcoholismo

El tratamiento del alcoholismo requiere una intervención integral que aborde los aspectos psicológicos, físicos y sociales del problema. No existe una solución única: cada persona necesita un enfoque personalizado que considere su historia, patrón de consumo, fase del alcoholismo en la que se encuentre, entorno y recursos personales. Además, según los distintos tipos de alcoholismo (como alfa, beta, gamma, delta y epsilon), el enfoque terapéutico debe adaptarse para responder a las particularidades de cada perfil. A continuación, presentamos las principales herramientas terapéuticas utilizadas en el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol, respaldadas por la evidencia científica y aplicadas en la práctica clínica.

Terapia individual y grupal

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de los enfoques psicológicos más utilizados y respaldados científicamente para el tratamiento de las adicciones. Este modelo trabaja sobre los pensamientos, emociones y conductas que están relacionados con el consumo de alcohol, con el objetivo de reducir el riesgo de recaídas y promover estrategias de afrontamiento más saludables.

  • En la terapia individual, el tratamiento se centra en las particularidades de cada paciente: se abordan los factores emocionales que mantienen el consumo, se trabajan las recaídas previas, se diseñan herramientas para manejar situaciones de riesgo, etc. Es un espacio seguro y confidencial para explorar con profundidad los conflictos personales y emocionales subyacentes al consumo.
  • Por su parte, la terapia grupal aporta un valor complementario muy significativo. En estos espacios, los pacientes comparten sus experiencias y se reconocen en las historias de los demás. Esto les permite romper con el aislamiento, identificar mecanismos de defensa como la negación o el autoengaño, y desarrollar empatía y sentido de pertenencia. Además, el grupo ofrece apoyo mutuo, refuerza el compromiso con la recuperación y potencia el aprendizaje a través de la observación de otros procesos de cambio.

Intervenciones médicas y farmacológicas

Cuando existe dependencia física, especialmente en el caso del alcoholismo crónico, es necesario realizar una desintoxicación médica supervisada, ya que interrumpir el consumo de forma brusca puede provocar un síndrome de abstinencia grave y potencialmente peligroso.

En España, se utilizan distintos fármacos como apoyo al tratamiento del alcoholismo. Uno de ellos es el disulfiram (Antabus), que produce una reacción física muy desagradable si se ingiere bebidas alcohólicas, actuando como disuasión. También se emplean otros como la naltrexona, el acamprosato o el nalmefeno, que ayudan a reducir el deseo de consumo y prevenir recaídas. Es importante destacar que estos medicamentos no generan adicción y siempre deben ser recetados por un profesional.

Además, el tratamiento médico debe considerar posibles trastornos asociados, como ansiedad, depresión o enfermedades físicas, para abordar el problema de forma integral y mejorar las posibilidades de recuperación a largo plazo.

Rehabilitación y apoyo a largo plazo

El alcoholismo no es solo un problema de consumo, sino una condición compleja que afecta múltiples áreas de la vida. Por ello, la rehabilitación a largo plazo es una fase crucial del tratamiento. No basta con dejar de beber: es necesario reconstruir rutinas, vínculos y proyectos personales que fueron deteriorados por los años de consumo. Al tratarse de una enfermedad crónica, como es el caso del alcoholismo crónico, el tratamiento suele ser prolongado y requiere un enfoque continuo y multidisciplinar. Para comprender mejor por qué no se puede hablar de una «cura» en sentido estricto, resulta útil revisar un análisis detallado disponible en este artículo.

Los centros de rehabilitación integral ofrecen un abordaje multidisciplinar, donde intervienen profesionales de distintas áreas (psicología, medicina, trabajo social, terapeutas, entre otros) para acompañar al paciente en la recuperación física, emocional y social. El seguimiento continuo tras la fase aguda del tratamiento y el mantenimiento de una red de apoyo sólida (ya sea profesional, familiar o grupal) son factores fundamentales para prevenir recaídas, consolidar los avances y fomentar la autonomía del paciente.

Además, para quienes deseen ampliar información sobre el tratamiento del alcoholismo, pueden consultar un artículo detallado sobre los enfoques terapéuticos disponibles aquí. Si tú o algún familiar necesitan orientación o apoyo especializado, no dudéis en acudir a Tibbon Centro Terapeutico.

 

Referencias bibliográficas

Jellinek, E. M. (1960). The disease concept of alcoholism. New Haven, CT: Hillhouse Press.

Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones. (2024). Monografía sobre alcohol 2024. Ministerio de Sanidad.

Rate this post

Acerca del autor/a

Beatriz Cano Sánchez Psicóloga e integradora social Beatriz es Graduada en Psicología por la Universidad de Granada, además, complementando su formación, Beatriz también ha cursado estudios de Integración Social. Esta formación le ha dotado de las habilidades necesarias para promover la inclusión y promover el bienestar de personas en situaciones de vulnerabilidad. Actualmente, Beatriz se prepara para iniciar el Máster en Psicología General Sanitaria. Asimismo, Beatriz ha realizado diversos cursos complementarios que enriquecen su práctica profesional, entre estos destacan los enfocados al tratamiento y prevención del suicidio y el Trastorno Límite de la Personalidad.

¿Te ha gustado el artículo?
Rate this post

Suscríbete. Déjanos tu email y recibe contenido genial cada mes


¡Exprésate! Dejanos tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

He leído y acepto el Aviso Legal y la Política de Privacidad



Aún no hay comentarios en esta entrada. ¿Te animas?
Centro Tibbon
Subvención
Llamar ahora