“En la Caja” es un programa del grupo Mediaset, donde famosos, presentadores de la cadena son trasladados en una caja a una ciudad, que en principio desconocen, para conocer una situación que ocurre en dicha ciudad. El pasado día 17 de Junio los integrantes del programa se desplazaron hasta la capital Granadina, con el presentador Pedro Aguado a la cabeza, para denunciar una situación que ciudadanos de Granada venimos viendo desde hace muchos años: “El Botellódromo y la Fiesta de la Primavera”.

Si bien la imagen dada por parte de la juventud y la ciudad fue lamentable, las impresiones de Pedro Aguado sobre el mismo fueron no fueron más positivas.

 

«No me sentía seguro. No me había encontrado nunca en una situación de tanta angustia, porque cuando la gente va tan bebida nadie atiende a razones. Tengo cercanía con los jóvenes, pero me fui con mal cuerpo. No me gustó».

 

Palabras duras de una persona que ha tocado techo, siendo campeón olímpico, y suelo, siendo adicto, ahora recuperado.

Podéis ver el programa completo aquí, pero como granadinos, profesionales y adictos recuperados no queríamos dejar escapar la oportunidad de reflexionar sobre la situación de la ciudad de Granada en este sentido.

 

¿Qué se opina al respecto?

Muchas opiniones han surgido al respecto, sobre un problema que lleva acarreando Granada desde hace bastante tiempo, más del que desearíamos, y por el cual ahora parece que todo el mundo clama una solución, cuando la realidad es que nos hemos mostrado indiferentes estos años.

Pero lo que a los miembros del centro para el tratamiento de adicciones Tibbon nos hace pensar, es la clase de “ocio encubierto” que los jóvenes actuales poseen. ¿Desde cuándo beber hasta perder la compostura, razón y formas es una actividad de ocio? ¿Cuándo un comercio y vecinos tienen que aguantar los desfases de una multitud, con ruidos, vómitos, orina por sus calles? Sin duda nosotros, como profesionales, vemos una juventud en la que se están instaurando unas pautas y costumbres propias de adictos. Nos preocupa, y mucho. Salir a beber, salir a un lugar donde la higiene brilla por su ausencia, donde se juntan miles de personas para emborracharse. No, eso no es ocio. Es un caldo de cultivo de personas que con el paso de los años pueden aumentar sus posibilidades de desarrollar una adicción al alcohol o a otras sustancias, con los efectos físicos y psíquicos que la enfermedad posee. O acaso esta juventud no está matando sus neuronas, matando a su hígado, creándose una necesidad, volviéndose violentos… Y nosotros sabemos de lo que hablamos. Una espiral en la que caes, y cuando quieres darte cuenta, no puedes salir solo. Y no es la clase de futuro que queremos para la juventud. Los mejores años de tu vida, arruinados por querer beber más y más. Todo esto bajo el permiso de la ciudad, creando un lugar apropiado para ello. Pero que si conocéis el lugar o lo habéis visto en el programa, se trata de una ratonera donde si pasara algo más gordo, sería muy difícil acceder.

“Beber grandes cantidades de alcohol en el menor tiempo posible para coger el punto”, esto es lo que se hace en estos botellódromos y es lo que se conoce como “binge drinking” o “atracones de alcohol”. Desde hace unos años se está advirtiendo de los peligros de esta nueva “moda” o tendencia a la hora de beber alcohol y sin embargo sigue en aumento.

Los principales riesgos a corto plazo son la pérdida de control que deriva en intoxicaciones etílicas, accidentes de tráfico, violencia, enfermedades de transmisión sexual, suicidios, pancreatitis aguda, coma o incluso la muerte en los casos mas extremos pero es que también se ha demostrado en diversas investigaciones que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, problemas de concentración, atención y memoria, enfermedades cardiovasculares… y como no, aumenta de manera considerable el riesgo de desarrollar dependencia al alcohol o adicción (hasta un 19%). Podéis ver más información sobre la adicción al alcohol y sus tratamientos.

 

¿Hay alternativas?

Hay muchas, pero para ello hace falta un esfuerzo colectivo para recuperar y fomentar otras formas de ocio.
Por parte de ayuntamiento y gobierno dejar de considerar un botellódromo un lugar de ocio ¿Por qué no invertir esa cantidad de dinero que se gastan en la limpieza cada fin de semana en otra cosa? Utilicemos ese espacio para convertirlo en un lugar donde los jóvenes de esta ciudad puedan reunirse para hacer talleres de fotografía, cine, pintura, deporte , conciertos y un largo etc de ocio CULTURAL Y SALUDABLE.

Por parte de la juventud, para reclamar ese ocio alternativo y abrir los ojos a una cultura de botellón que solo les perjudica.
Por la sociedad en general, para concienciarnos de que el alcohol es una droga que hace mucho daño (la que más) y dejar de pensar que para divertirse hay que emborracharse…
Veremos si la emisión y denuncia de la situación en el programa tiene efectos, pero mostrar una realidad, que la gente opine y quiera soluciones es un paso adelante para la ciudad.

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