Aunque muchas personas beben moderadamente, el consumo abusivo también está muy extendido. Hemos normalizado el emborracharse a menudo, el hincharse en determinadas situaciones o fechas y salir de copas se entiende como la manera normal de pasar los fines de semana. Sin embargo, estar con alguien que bebe mucho es asegurarse una relación con problemas.

 

¿Mi pareja bebe mucho alcohol?

Hay fórmulas que nos dicen cuánto alcohol es abusivo, pero es mejor que sea un médico o especialista. Cuando nos preocupa cuánto bebe nuestra pareja, es que hemos detectado que algo no va bien. Y este es el primer indicador. Es mejor no compararle con otros porque no sabemos realmente lo que consumen los demás ni los problemas que a ellos les puede estar provocando el consumo.

 

¿En qué debemos fijarnos?

Debemos fijarnos no tanto en la cantidad sino en las consecuencias del consumo. El consumo de abuso es problemático y esto se notará en su relación con el alcohol, en su conducta y en la relación de pareja.

 

1. Su relación con el consumo

El abuso de alcohol depende de muchos parámetros. Hay que tener en cuenta si eres mujer u hombre, el peso, el estado del hígado y cómo metaboliza. Depende cada persona y el momento que esté viviendo. Si aumenta el consumo para afrontar los problemas o el estrés y otras muchas variables.

También hay que tener en cuenta el patrón de consumo. El consumo puede ser habitual, ocasional o cíclico. Por esto es mejor acudir a un especialista que nos ayude a definirlo. Pero lo que tienen en común es que el consumo sea problemático.

 

2. Existe una relación muy estrecha entre el consumo de alcohol y los desajustes en la pareja

  • El exceso de alcohol cada vez está con más frecuencia detrás de desencuentros entro vosotros. El alcohol es una amenaza para la relación. Es responsable de vuestra falta de comunicación
  • Cada vez discutís más por tonterías, y sobre todo al día siguiente de una borrachera o salida.
  • Empiezan los reproches mutuos o pases de factura del tipo “teníamos que haber ido ayer a y mira cómo acabamos” ….”ya nunca hacemos tal cosa”, “siempre es lo mismo”… Le tienes que recordar que tenéis otros compromisos u obligaciones.
  • el alcohol se convierte en el protagonista de la relación porque cada vez está presente en más discusiones.
  • Cuando tienes que tener cuidado con tu comportamiento porque de repente te has convertido en un aguafiestas: Siempre eres tú quién le frena porque ya es hora de dejar de beber.
  • Entonces, empieza a querer pasar más tiempo con otras personas porque ellas no le ponen freno. Sin darte cuenta, ya te has convertido en un o una controladora.
  • Las relaciones sexuales también se ven afectadas. Es habitual que el alcohol provoque disfunciones sexuales. Puede que por exceso, por defecto o porque sientas que ya no es la misma persona en la intimidad.

 

 

3. Su conducta.Su comportamiento cambia con el consumo

  • Se repite la misma canción Si empieza a repetirse la situación de ir sólo a tomar una y volver a casa borracho. Frases habituales sintomáticas de que ya pierde el control son “ïbamos a tomar una y nos liamos”, “la última se nos fue de las manos” “no me dejaban irme” “hoy no salgo
  • También le molesta que le menciones que bebe mucho y se pone a la defensiva. Le quitará importancia a sus consumos.
  • Sus arrepentimientos y pedir perdón son habituales.
  • Y, de repente, un día ya no tiene gracia. Ya ha pasado esa fina línea que separa el consumo social del perjudicial. Tú ya no te diviertes cuando le ves así. Es posible incluso que se ponga pesado o insoportable. Dar la nota se convertirá en una habitualidad si sigue así.

 

4. Sus hábitos. Las personas con consumo excesivo de alcohol empiezan a colocarlo entre sus prioridades

  • Identifica si puede saltarse cualquier obligación, pero no el hábito de ir a tomar algo; si al salir del trabajo o de estudiar prefiere quedarse la tarde en el bar; si cuando salís con amigos, siempre es el que propone “tomar la última” aunque los demás quieran retirarse; si no le importa llegar tarde a cualquier otro compromiso porque estáis de copas o si siempre que va a comprar vuelve con botellas.
  • Bebe fuera de horas, en ayunas o en situaciones que no pegan.
  • Consume a pesar de estar hecho polvo. Las resacas, los dolores de cabeza o despertarse cansado son parte ya de su forma de vida.
  • Cuando para tu pareja la fiesta sigue …y para ti ya no toca. Es posible que ya no te apetezca salir tanto de fiesta, que consideres que ya no es la edad. Otras cosas ocupan tu vida y sin embargo, la persona con la que comparto mi vida no renuncia a salir los fines de semana y emborracharse. Para tu pareja la vida es igual que a los 18.

 

Quizás no te reconozcas en todas estas situaciones. Son ejemplos que pueden ayudarte. No todas las personas con un consumo excesivo terminan siendo alcohólicos. Es posible que aún estéis a tiempo. Cuanto antes se reduzcan los consumos, mejor. Beber mucho es una etapa que puede terminar en esa mortal enfermedad. Consulta con un especialista.

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