Los trastornos psicológicos y el consumo de sustancias están más relacionados de lo que cabe pensar. O bien aparecen cuando ya existe una adicción, o bien el trastorno acaba fomentando el consumo de drogas visto como una evasión de sus problemas. Por esto, en este post te vamos a contar la relación entre alcoholismo y depresión.
¿Qué es la depresión?
Todos alguna vez en nuestra vida, nos hemos sentido tristes, apáticos, con desgana o infelices. Esto no supone un problema cuando son momentos puntuales y en periodos cortos, pero cuando esa sensación se vuelve constante, es importante valorar con un profesional si se está atravesando un episodio de depresión.
Cuando se sufre depresión, estos sentimientos acaban interfiriendo de forma muy notable en la vida diaria de la persona durante un tiempo considerable. Normalmente, estos sentimientos no cuentan con una explicación justificada y la sensación es diferente a cuando una persona se siente triste por una causa perfectamente justa.
Es muy común confundir depresión y ansiedad, ya que ambos trastornos cuentan con una diferenciación muy pequeña entre ellos. Además, las causas son muy variadas, ya que depende del entorno y estado de la persona que sufre de depresión. Unas veces puede estar ocasionada por un cambio bioquímico en el organismo, por causas cotidianas como la pérdida de empleo o el fallecimiento de un familiar…
Sea cual sea la causa, existe una salida para el problema, y siempre es importante acudir a un profesional que nos guíe sobre cómo superar la depresión. Dependiendo también del grado del problema, los fármacos antidepresivos pueden servir de ayuda para superar el trastorno.
Síntomas de depresión
Al igual que las causas de la depresión pueden ser muy variadas, los síntomas también pueden ser muy diferentes dependiendo del estado, edad, o sexo de la persona que lo padece. Aún así, si que se puede hablar de ciertos síntomas generales que toda persona con depresión suele experimentar:
- Bajo estado de ánimo e incluso irritabilidad
- Insomnio o exceso de sueño
- Grandes cambios en el apetito. Puede darse tanto una subida brusca de peso como una fuerte pérdida del mismo.
- Cansancio y falta de energía
- Baja Autoestima: sentirse inútil o incluso odiarse a sí mismo. También sentimiento de culpabilidad.
- Disminuye la capacidad de concentración
- Afecta a la psicomotricidad
- Pensamientos suicidas o pensar en la muerte
- Se pierde el placer que producían ciertas actividades que previamente le hacían feliz
Pasar por un episodio de depresión, puede ser el desencadenante del comienzo de una adicción a las drogas, o incluso que dicho trastorno aparezca tras el inicio de un consumo abusivo. Por eso en el siguiente apartado te hablamos sobre la relación entre el alcoholismo y la depresión.
Relación entre alcoholismo y depresión
La relación entre el alcoholismo y la depresión puede surgir de manera bidireccional.
Por un lado, la persona puede sufrir alcoholismo por depresión, lo cual significa que dicha persona sufría depresión y dicho trastorno le ha llevado a sumirse en un consumo de alcohol que ha acabado en una adicción.
Por otro lado, el problema del alcoholismo puede desencadenar en una depresión por los intentos fallidos de abandonar el consumo o por no creerse capaz de abandonarlo nunca.
Cuando esto ocurre, estamos ante lo que en psicología se llama “Patología Dual”. Este término se utiliza para diagnosticar a personas que además de un enfermedad de adicción, sufren una enfermedad psicológica como la depresión o la ansiedad.
En cualquier caso, abordar el problema con ayuda de profesionales dedicados al tratamiento del alcoholismo es siempre la mejor forma de superar ambas enfermedades. Tanto la adicción como la depresión se tratan desde una perspectiva psicológica, esencial para una completa recuperación del paciente.
Conclusión
En ocasiones, los trastornos psicológicos empujan a una persona a iniciar el consumo de drogas como una vía de escape a sus problemas. En otras, es el propio consumo quien acaba afectando tanto psicológicamente a la persona, que consigue fomentar la aparición de ciertos trastornos mentales. Y esta es la relación tóxica existente entre alcoholismo y depresión. Suelen ir de la mano, y sin ayuda psicológica es imposible recuperarse de ninguno de los dos problemas.
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