En muchos festivales, viajes de estudios y noches de fiesta interminables, es común que los participantes tomen speed para aguantar despiertos el máximo tiempo posible. En ciertos contextos, como redes sociales, el término speed lo encontramos como ‘spiz droga’ o ‘spid droga’, aunque ambas variantes hacen referencia a la misma sustancia. Pero, ¿qué es el speed?. El speed droga es una sustancia estimulante derivada de la anfetamina, conocida por su capacidad para mantener despierto y activo a quien lo consume. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad de España (2022), la edad media de inicio de consumo de anfetaminas, y de Speed, se sitúa en los 20,1 años de edad.
Además de su uso recreativo, el Speed se utiliza como droga terapéutica en tratamientos de narcolepsia o hiperactividad. Sin embargo, las consecuencias de consumirla pueden ser muy graves, además de los daños irreparables que puede causar en el organismo.
¿Cómo funciona el Speed?
El Speed proviene enteramente de un laboratorio. Pero, ¿qué lleva el speed? La droga speed está compuesta por anfetamina, un compuesto químico sintetizado por primera vez en el año 1887. La anfetamina es un derivado de la efedrina, un alcaloide natural (sustancia química orgánica) presente en la planta Ephedra. El speed, específicamente, contiene anfetamina en forma de sulfato. Es importante saber que a menudo se encuentra mezclada con otras sustancias que modifican o potencian sus efectos, incrementando el riesgo para la salud de quien lo consume.
Durante los años 20 comenzó su utilización como uso médico experimental, pero no fue hasta mediados del siglo XX cuando el uso recreativo de la droga speed se popularizó, especialmente entre los jóvenes, una tendencia que se mantiene hasta la actualidad, como lo indican los datos estadísticos del Ministerio de Sanidad.
Durante los años 90, se recetaba como tratamiento para tratar diversas condiciones médicas debido a su capacidad para estimular el sistema nervioso central. Entre sus usos más comunes estaban el tratamiento de la obesidad, la depresión, la hiperactividad y la narcolepsia, También se utilizaba para la desintoxicación de otras drogas como el alcohol. Sin embargo, con el tiempo se vieron evidencias de sus diversas consecuencias negativas, lo que llevó a una regulación más estricta de esta sustancia.
En la actualidad, se siguen recetando para el tratamiento del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y narcolepsia, pero bajo estricta supervisión médica y con otras formulaciones químicas más controladas de la sustancia, como el metilfenidato o la lisdexanfetamina. En cambio, su uso para la depresión, obesidad y otras condiciones ha sido descartado porque existen otros tratamientos más efectivos y seguros.
En el ámbito ilegal, se sigue utilizando de forma recreativa, pero también como un potenciador de las capacidades físicas (dóping deportivo) o de las capacidades mentales (dóping intelectual). Esos efectos estimulantes que pueden aumentar la energía y concentración tienen graves consecuencias a nivel físico y psicológico.
Por lo general, la forma más común de su consumo es mediante inhalación (vía nasal) teniendo efectos más inmediatos. Pero también se han visto casos de consumir esta sustancia tomándola por vía oral (principalmente en forma de pastilla), por vía intravenosa o fumada. Refiriéndonos a la forma más común de consumo, es decir, cuando se esnifa, en el cuerpo se pueden ver los siguientes cambios:
- Aumento de la presión sanguínea
- Contracción de los vasos sanguíneos
- Dilatación de los pequeños sacos bronquiales
Efectos del Speed
Como mencionamos anteriormente, la droga speed afecta directamente al sistema nervioso central, con efectos inmediatos y activadores. En concreto se produce una sobreestimulación en el cerebro que aumenta niveles de neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina, incrementando el buen humor, la alegría, el bienestar general y la supresión de la sensación de cansancio. Sin embargo, esto no es todo en los efectos del speed, sino que aparecen otros como las náuseas, los mareos, el dolor de cabeza, palpitaciones desagradables, etc.
Claramente los riesgos de consumir speed aumentan si su consumo es de forma prolongada, crónica o abusiva. Entre los daños que se pueden producir, están presentes los cerebrales, generando alteraciones psicopatológicas con facilidad. El peligro de consumir speed es claro, y hay que informar sobre los efectos tan negativos que tiene.
Algunas consecuencias graves del consumo de speed para la salud son las siguientes:
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- Problemas cerebrales: en el momento en el que la persona abusa del speed, éste puede cambiar el funcionamiento de las sustancias en el cerebro, incluso a deteriorar algunas estructuras cerebrales. Algunos ejemplos son: la regulación del dolor, de la temperatura corporal, ingesta de alimentos, actividad motriz, memoria y aprendizaje, etc.
- Depresión severa: cuando se consume la droga speed, el cerebro se acostumbra a ese efecto, y cuando no se le proporciona lo que desea, la sensación es desagradable. La estimulación se concentra a través de una neurotransmisor que libera dopamina, es decir, el encargado de producir el placer. De este modo, las acciones que se llevan a cabo y el modo de vida habitual se vuelve “aburrido”.
- Adicción: la posibilidad de volverse una persona dependiente de una droga está presente en cada una de ellas. Todas tienen su poder adictivo, al igual que el speed. Es posible que el consumidor desarrolle tolerancia al speed (cuando se necesita aumentar la dosis para sentir sus efectos) y dependencia (que crea que lo necesita).
- Ansiedad: el speed produce alteraciones cerebrales que pueden desencadenar en crisis de ansiedad, dejando al adicto más vulnerable ante ellas.
- Insomnio: Debido a su efecto estimulante, el consumo de la droga speed puede alterar el sueño causando dificultades para conciliar el sueño o mantenerlo.
- Psicosis tóxica anfetamínica: es una de las consecuencias más peligrosas y fáciles de aparecer en aquellos consumidores habituales de esta sustancia. Se trata de una enfermedad mental similar a la esquizofrenia, con síntomas como delirio, alucinaciones, desorganización en el pensamiento, conducta extravagante, etc.
- Convulsiones
Además de estos efectos a nivel cerebral y/o psicológicos, también puede tener repercusiones a nivel físico. Entre ellos encontramos:
- Problemas cardiovasculares: se trata de uno de los efectos a nivel físico más destacable. El speed droga puede aumentar la frecuencia cardiaca y la presión arterial, fomentando el riesgo de arritmias, hipertensión y en casos graves infarto de miocardio (corazón) y accidentes cerebrovasculares (cerebro).
- Pérdida de apetito y desnutrición: Al actuar como supresor del apetito, su uso prolongado puede llevar a la persona a no proporcionar a su cuerpo todos los nutrientes necesarios.
- Otros: problemas respiratorios, complicaciones del sistema hepático, hipertermia y deshidratación.
- Es importante no olvidar que puede ocurrir la muerte por sobredosis al consumir altas cantidades de esta sustancia.
Si crees que alguien cercano a ti puede estar consumiendo speed, debes intentar tomar medidas para ayudar a esa persona. La adicción al speed es muy peligrosa, produciendo graves daños irreparables en el cerebro, además de otras afecciones en el organismo.
Si después de leer este artículo quieres preguntarnos algo, no dudes en contactar con Tibbon, centro de desintoxicación en Granada, te aclararemos cualquier aspecto relacionado con los problemas derivados del speed.
Ministerio de Sanidad. (2022). Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES) 2022. Gobierno de España.
Siskind, D., & Galletly, C. (2014). A review of the effects of amphetamines on the cardiovascular system. Australian & New Zealand Journal of Psychiatry, 48(6), 499-504. https://doi.org/10.1177/0004867414526672
Acerca del autor/a
Beatriz Cano Sánchez Psicóloga e integradora social Beatriz es Graduada en Psicología por la Universidad de Granada, además, complementando su formación, Beatriz también ha cursado estudios de Integración Social. Esta formación le ha dotado de las habilidades necesarias para promover la inclusión y promover el bienestar de personas en situaciones de vulnerabilidad. Actualmente, Beatriz se prepara para iniciar el Máster en Psicología General Sanitaria. Asimismo, Beatriz ha realizado diversos cursos complementarios que enriquecen su práctica profesional, entre estos destacan los enfocados al tratamiento y prevención del suicidio y el Trastorno Límite de la Personalidad.