La mescalina es un compuesto activo que se encuentra en el cactus de San Pedro, el cactus peyote y la antorcha peruana. Se trata de un alcaloide (metabolito de planta sintetizado a partir de aminoácidos) que se puede consumir de diversas formas y que tiene efectos principalmente alucinógenos. En el artículo de hoy, te contamos todo lo que necesitas saber sobre la mescalina droga, sus efectos y consecuencias en la persona que la consume.
¿Qué es la mescalina?
Como hemos mencionado en el párrafo anterior, la mescalina es una droga alucinógena y psicodélica que ha sido utilizada durante siglos, principalmente por las tribus nativas americanas en rituales religiosos. El Peyote (Lophophora williamsii) y el cactus San Pedro (Echinopsis pachanoi) son ejemplos de lo que se conoce como “cactus droga”, ya que constituyen las principales fuentes naturales de este compuesto. No obstante, además de extraerse de estas plantas, la mescalina en pastillas se ha popularizado, tratada y sintetizada en laboratorios y convertida en una droga sintética.
Es muy similar al LSD, una sustancia activadora, y por su característica ilícita y altos costes de manufacturación, es muy difícil conseguir una versión pura de ella. Por lo general, en el mercado negro suele venderse una versión alterada de ella, con efectos similares al LSD y utilizando el nombre de la droga para su comercialización.
En el caso de la mescalina, no es necesaria mucha cantidad para conseguir los efectos deseados. Su forma más común de consumo es la inmersión o masticando los pequeños bultos en forma de botón que se encuentran en el cactus.
Efectos de la mescalina
Los efectos de la droga de San Pedro o droga peyote duran alrededor de 12 horas. Como siempre decimos, depende de cómo afecte a cada persona, pues este tiempo puede variar. La mescalina, el principal compuesto activo, produce cambios profundos en la percepción sensorial del que la consume: se intensifican los colores y el brillo de lo que se observa, los sonidos sufren distorsiones, y la percepción del espacio y del tiempo se ve alterada. Asimismo, hay afectaciones en la percepción de la propia consciencia. Además, afecta al estado emocional: ocurre una intensificación emocional, tanto de las emociones placenteras como las desagradables, e incluso oscilaciones entre ambas. Esto puede llevar a un miedo intenso, paranoia o ataques de pánico.
Cuando estos efectos se acaban, suele experimentarse un período de serenidad, relajación mental y lasitud muscular. Este estado es uno de los objetivos de las personas que consumen esta droga, pues creen que durante este tiempo de meditación, pueden conectar con su “yo” verdadero.
Además de la experiencia mística que produce este tipo de droga, los efectos físicos son muy similares a los del LSD:
- Aumenta el ritmo cardíaco
- Dilatación de las pupilas
- Aumenta la respiración
- Náuseas y vómitos
- Dolor de cabeza
- Diarrea
- Aumento de la sudoración
- Alteración de la realidad
Aunque los efectos directos del consumo de la mescalina no siempre son peligrosos, sí que es importante tener en cuenta las consecuencias del comportamiento asociado a su uso. Al tratarse de una sustancia psicoactiva de efecto estimulante, la reacción en cada persona puede variar. Incluso siendo la misma persona, una vez puede consumir y afirmar que la experiencia ha sido positiva, y en un segundo consumo experimentar un “mal viaje”. Este fenómeno suele estar relacionado con ansiedad intensa, paranoia y desorientación, todos provocados por la acción de la mescalina. En algunos casos estas experiencias pueden actuar como detonantes en trastornos mentales preexistentes o latentes.
La mescalina no solo presenta los riesgos de provocar un “mal viaje” y/o el desarrollo de problemas mentales, sino que conlleva peligros adicionales, especialmente cuando no se encuentra en su forma pura. Hay que tener esto en cuenta para contestar a la siguiente pregunta: ¿Puedo tener una sobredosis de peyote u otras plantas de este tipo? La posibilidad de sufrir una sobredosis de mescalina pura es muy baja, pero no inexistente. Sin embargo, el riesgo aumenta si está “contaminada” o “combinada” con otras sustancias, como ocurre con las versiones de mescalina en pastilla.
Por otro lado, el estado psicológico alterado que produce la mescalina también puede llevar a situaciones de riesgo. Bajo sus efectos, las personas al tener la percepción de la realidad alterada, tienden a tomar decisiones impulsivas o irracionales. Esto incluye exponerse a situaciones peligrosas o sufrir accidentes.
¿Esta droga crea adicción?
Existe la creencia de que esta droga no crea adicción, es decir, no se produce un síndrome de abstinencia si se deja. Sin embargo, sí crea adicción como cualquier otra sustancia de este tipo. Como siempre afirmamos, las drogas afectan de manera diferente a cada persona, siendo esa adicción más o menos notable según el momento, la situación, el estado mental, el estado físico, etc. Muchas variables deben tenerse en cuenta.
Lo que también está claro es que esta droga crea tolerancia en la persona que la consume. Por lo tanto, si ese consumo se vuelve una costumbre y se realiza cada cierto tiempo, la persona necesitará una dosis mayor para conseguir los efectos deseados.
Es importante comprobar que el consumidor de esta droga no sufra consecuencias al dejarla, como pueden ser la inestabilidad emocional, flashbacks, confusión, etc. En general, es posible que necesite ayuda para saber cómo reconstruir su vida y enfrentarse a los obstáculos de cada día.
Como hemos visto, la mescalina no está exenta de riesgo.
Ayuda
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Acerca del autor/a
Beatriz Cano Sánchez Psicóloga e integradora social Beatriz es Graduada en Psicología por la Universidad de Granada, además, complementando su formación, Beatriz también ha cursado estudios de Integración Social. Esta formación le ha dotado de las habilidades necesarias para promover la inclusión y promover el bienestar de personas en situaciones de vulnerabilidad. Actualmente, Beatriz se prepara para iniciar el Máster en Psicología General Sanitaria. Asimismo, Beatriz ha realizado diversos cursos complementarios que enriquecen su práctica profesional, entre estos destacan los enfocados al tratamiento y prevención del suicidio y el Trastorno Límite de la Personalidad.