Existe una clasificación que diferencia entre drogas duras y blandas a las sustancias adictivas. Debemos dejar claro que aunque exista esta clasificación de las drogas, todas son dañinas y terminan por crear dependencia hacia ellas.
Clasificación de las drogas duras y blandas
Quizá hayas escuchado una clasificación que se hace entre las drogas y que se relaciona con su peligrosidad. Es muy probable que la diferencia entre drogas duras y blandas radique en el tiempo en que la adicción invade a la persona que las consume y la gravedad del daño físico que le puede producir. Podemos determinar tres factores que, actuando juntos, determinan las características dañinas de las drogas:
- Daño directo y físico: se centra sobre todo en saber en qué órganos vitales del ser humano afecta la droga y cómo de importante es tal daño. Se tiene en cuenta también el modo de administrarse la droga, como por ejemplo la vía intravenosa. Ésta es uno de los modos más peligrosos de consumir drogas.
- Dependencia: necesidad compulsiva de tomar la sustancia. Aparece por la utilización crónica de la droga, es decir, por el consumo prolongado y repetido. Se puede dar el caso de producirse dependencia con y sin síndromes de abstinencia.
- Daño indirecto y social: son los daños colaterales que produce el consumo de drogas. Por ejemplo, el alcohol es una de las drogas que más daños sociales produce debido, sobre todo, a su condición legal.
No existe una distinción objetiva ni científica que haga la diferencia entre drogas duras y blandas, pero estos factores resultan orientativos al respecto. Estudios sugieren que hay tres estadios (A, B Y C) para clasificar las drogas. Pero una clasificación más convencional y social realiza una diferenciación entre drogas duras y blandas, con los diferentes tipos de drogas.
Drogas duras
¿Cuáles son las drogas duras?: Las drogas duras son drogas psicoactivas, que son altamente adictivas para sus consumidores habituales. Son las que más daños causan también, no sólo a corto plazo sino también tras su consumo crónico. Entonces, ¿qué tipos de drogas duras existen según esta clasificación? Algunas drogas que se consideran duras son:
- Heroína
- Cocaína
- Metadona
- Barbitúricos
- Benzodiacepinas
- Anfetaminas
- Alcohol
Esta última, es alcohol, se clasifica como droga dura debido a su alta capacidad para generar adicción, su toxicidad y los graves efectos adversos que desencadena. Aunque hay muchas personas que lo clasifican como droga blanda porque está muy aceptada socialmente y por su legalidad. Pero esto no refleja la verdadera magnitud de sus daños. Según el Plan Nacional de Drogas, en España el alcohol es responsable de un número significativo de muertes, del desarrollo de enfermedades crónicas y accidentes de tráfico, entre otros.
Drogas blandas
El uso de drogas blandas se asocia a un número reducido de peligros. Sin embargo, siguen siendo una droga aunque sean mínimamente adictivas. Esta adicción puede desarrollarse por su consumo prolongado en el tiempo. En este caso ¿cuáles son las drogas blandas? Algunas de las drogas blandas con las que nos podemos encontrar son:
- Popper
- Esteroides
- Cannabis o hachís
- Disolventes
- Khat
Además, existen otras sustancias cuya clasificación no es del todo clara. Si por ejemplo te preguntas si el LSD es una droga dura. Según los criterios de esta clasificación podría clasificarse dentro de esta opción, el de las drogas blandas. Principalmente porque no es físicamente adictivo, no se asocia con daños directos a órganos vitales y su sobredosis es extremadamente rara. Sin embargo, genera una serie de efectos que podrían clasificarlo como droga fuerte, ya que puede producir alteraciones profundas en la percepción, el estado de ánimo y el comportamiento.
Estos efectos pueden incluir comportamientos peligrosos o episodios de psicosis, que en algunos casos podrían ser irreversibles. Además de los intensos efectos mencionados, también se percibe socialmente como una droga dura debido a su estatus ilegal.
Conclusión: Drogas duras y blandas, la línea borrosa que todos deberíamos entender
La clasificación de las drogas “duras” y “blandas” es un concepto más social que científico, generando una percepción engañosa y simplista sobre la peligrosidad de los diferentes tipos de sustancias. Aunque se asuma que las drogas blandas son menos perjudiciales, todas ellas tienen el potencial de causar efectos adversos significativos, dependiendo de factores como el individuo que las consume, la dosis, la frecuencia y el entorno en el que se utilizan.
Por ejemplo, el cannabis considerado una droga blanda, está asociado al desarrollo de trastornos mentales graves, como la esquizofrenia. El alcohol, una de las sustancias con mayor impacto negativo en la salud pública, es legal y socialmente aceptado, lo que genera falsa percepción de seguridad. Las benzodiacepinas, de igual forma legales y recetadas con fines médicos, a pesar de conllevar riesgos significativos cuando se abusa de ellas.
Además, la percepción de las drogas depende en gran medida de la época y el contexto en los que se consumen. En el caso de las anfetaminas, éstas antiguamente no se consideraban una droga dura ya que se suministraban por prescripción médica. El carácter social afecta directamente a la clasificación entre drogas duras y blandas.
Muchos profesionales sugieren que esta clasificación de sustancias está obsoleta debido a las contrariedades que podemos encontrar. El hecho de que las drogas más dañinas sean legales pone entredicho la legalidad vigente. En definitiva, independientemente del tipo de droga que se consuma, todas las sustancias son adictivas y pueden arruinar tu vida, tu salud, y tus relaciones sociales. A largo plazo, la adicción se produce de una forma u otra. Las drogas son drogas, y sus efectos pueden ser más graves o evidentes a corto o largo plazo, pero siempre implican riesgo. Por ello, la línea que separa entre drogas duras y blandas no es tan clara, ya que el daño asociado al abuso de cualquiera de ella es real.
Ministerio de Sanidad. (2022). Informe 2022. Alcohol, tabaco y drogas ilegales en España. Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones.
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Acerca del autor/a
Beatriz Cano Sánchez Psicóloga e integradora social Beatriz es Graduada en Psicología por la Universidad de Granada, además, complementando su formación, Beatriz también ha cursado estudios de Integración Social. Esta formación le ha dotado de las habilidades necesarias para promover la inclusión y promover el bienestar de personas en situaciones de vulnerabilidad. Actualmente, Beatriz se prepara para iniciar el Máster en Psicología General Sanitaria. Asimismo, Beatriz ha realizado diversos cursos complementarios que enriquecen su práctica profesional, entre estos destacan los enfocados al tratamiento y prevención del suicidio y el Trastorno Límite de la Personalidad.
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