Salir del alcoholismo o las drogodependencias es un camino largo y arduo por el que es mejor no volver a pasar. Has conseguido unos objetivos que no conviene perder de visa. Seguir limpio requiere tomar unas precauciones que debemos tener en cuenta de por vida. A continuación te contamos cómo podemos llevar una vida sana después de salir de una adicción.
¿Cómo lleva una vida sana tras una adicción?
La adicción es crónica y por tanto, exige vivir alejado de las drogas No consumir alcohol ni otras sustancias adictivas es lo más obvio. Tampoco medicamentos no prescritos. Sé responsable con tu salud. A partir de ahora, las cosas no se solucionan tomando nada sino cambiando el pensamiento y actuando.
Lo primero que hay que hacer es vivir. En muchas ocasiones, el miedo paraliza a los adictos recuperados. Salir al mundo de los normales da vértigo. Vive y déjate llevar por la vida, siempre consciente de tus decisiones y de tus actos, sin pasar las líneas rojas que ya sabes que no puedes.
1. No te parezcas al de antes
Ni te comportes como eras antes ni pienses como eras antes. Si repetimos las conductas anteriores, recaemos seguro.
2. Carpe diem
Mantén la cabeza en lo que estás haciendo. Cuando estés haciendo algo, haz eso de verdad. Mantenerse centrado y atento es uno de los mayores logros después de superar una adicción. No lo dejes una vez que lo has conseguido. Practícalo a menudo. De ahí el siguiente consejo:
- Evita conductas de estar sin estar, como por ejemplo, estar en un lugar y no vivirlo porque pasas el rato al teléfono; estar haciendo algo y radiarlo al mismo tiempo por WhatsApp; estar mas pendiente de las redes sociales que de realmente donde estés y con quien, etc.
Si estás en una comida, disfrútala, si estás trabajando, disfruta el trabajo, si estás cocinando, cocina y ya está. No estar en lo que debes estar, en lo que estás haciendo, es una alerta que hay que escuchar. Por supuesto puedes amenizarte la vida con música y lo que quieras mientras ¡faltaría más!, pero eso es mejorar el presente, no ausentarse del presente.
- Agrega en tu día a día alguna actividad que propicie el mantener la cabeza en el aquí y en el ahora. Midnfulness, Yoga, Tai Chi, algún arte marcial. Son disciplinas que, independientemente de los beneficios que cada una pueda tener, siempre van a venir bien para tu cabeza, te van a recordar la importancia de respirar y no pensar en nada más durante un rato. Salud para tu cerebro.
3. Vigila tus conductas y no caigas en comportamientos adictivos en las cosas más cotidianas
Como adicto, no te lo puedes permitir. Un día podemos darnos un atracón de comida o dulce, pero no lo puedes convertir en un hábito. Cuidado con ir de compras a lo bestia, ver la tele más de la cuenta, tragarte demasiados capítulos seguidos de tu serie favorita, no perdonar un partido de fútbol, etc.
Recuerda que NO NECESITAS NADA. Crearte necesidades te hará infeliz. Hincharse es un verbo que debería desaparecer de tu vocabulario.
4. No dejes de utilizar las herramientas que has aprendido en el tratamiento que has realizado
Atento a las señales.
5. Pide ayuda si hay momentos en que la vida te pueden desestabilizar
Una ruptura sentimental, el fallecimiento de un ser querido, la pérdida de un trabajo o algún fracaso importante para ti. Vivencias traumáticas para cualquiera. La vida puede jugártela, pero tú no te la juegues con las emociones y no seas prepotente.
6. Disfrutar bien de tu tiempo libre es obligatorio
Haz actividades que te llenen. Diviértete, sal y, hazlo teniendo claro qué actividades son apropiadas para ti, cuáles te sientan bien y cuáles no. No pierdas de vista si son terapéuticas. Evitar ambientes tóxicos nunca está de más. Lee, llénate de cultura, viaja, ve a conciertos, al teatro y prueba.
Haz cosas nuevas y las de antes, de manera diferente a como solías hacerlas.
7. Lleva una vida ordenada, una alimentación sana y practica ejercicio
No dejes los buenos hábitos que has aprendido en tu tratamiento. Cuídate y quiérete.
8. Pásate por tu terapia o tu grupo alguna vez
No olvides lo que eres. La conciencia de enfermedad debe acompañarte toda la vida.
9. Mantén unas relaciones sanas con los demás. Y ten un comportamiento cívico.
No importa cómo sean ellos, importa cómo te comportas tú. No te dejes llevar por sentimientos negativos y sé empático. Lo haces por ti. Acéptate y acepta a los demás. Evita enfrentamientos que no te lleva a nada.
10. No dejes de aprender y de avanzar
No importa el tiempo que lleves recuperado, sabes que el proceso que has pasado es de por vida. Siempre hay cosas que mejorar.
Acerca del autor/a
Beatriz Cano Sánchez Psicóloga e integradora social Beatriz es Graduada en Psicología por la Universidad de Granada, además, complementando su formación, Beatriz también ha cursado estudios de Integración Social. Esta formación le ha dotado de las habilidades necesarias para promover la inclusión y promover el bienestar de personas en situaciones de vulnerabilidad. Actualmente, Beatriz se prepara para iniciar el Máster en Psicología General Sanitaria. Asimismo, Beatriz ha realizado diversos cursos complementarios que enriquecen su práctica profesional, entre estos destacan los enfocados al tratamiento y prevención del suicidio y el Trastorno Límite de la Personalidad.
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