¿Qué es la inhalación de amoniaco en el deporte?
La inhalación de amoníaco, además de ser común en el ámbito doméstico, también se ha extendido al entorno deportivo como una forma de estimular el rendimiento físico de manera inmediata. El término doping hace referencia al uso de sustancias o métodos para mejorar el rendimiento deportivo de forma artificial. Aunque el uso de amoníaco puede asociarse a esta práctica, no está considerado ilegal ni prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) en 2024.
Históricamente, los antiguos usaban amoníaco como refrigerante, pero su toxicidad ha limitado su uso moderno en muchos países. A pesar de sus riesgos, su uso como estimulante es común en el mundo del deporte. De hecho, sigue siendo habitual entre deportistas profesionales y no profesionales, como ya señaló en su momento el médico de la selección rusa ante la acusación de dopaje del Mundial de Fútbol 2018.
El dopaje
El dopaje es una práctica tan antigua como lo son las competiciones deportivas. Se define como la utilización de sustancias y/o otros métodos para mejorar el rendimiento físico y psicológico de la persona que lo consume.
Las sustancias que más se consumen con fines dopantes suelen ser los esteroides (que contribuyen al aumento de la masa muscular), estimulantes como la cafeína adulterada (usada para mantenerse despierto y disminuir la fatiga), analgésicos de tipo narcótico (calmar dolores y tener una sensación relajante), sustancias que disminuyen los latidos del corazón y estabilizan el organismo, y sustancias diuréticas (para perder peso en poco tiempo).
En el caso concreto del amoníaco, es importante recordar que se trata de una sustancia corrosiva y altamente tóxica, cuyo uso puede conllevar riesgos significativos para la salud de quien decide inhalarla.
¿Es legal el uso de amoniaco en competiciones deportivas?, ¿Es el amoníaco una sustancia dopante reconocida?
Las formas más comunes de dopaje en el deporte están reguladas y son detectables en los controles antidopaje. Sin embargo, la inhalación de amoníaco no está considerada una sustancia dopante ni está prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA). Aunque no es ilegal, su inhalación pública por parte de deportistas está prohibida en competiciones.
El amoníaco es un compuesto químico que se encuentra de forma natural en el ambiente y en los procesos metabólicos del cuerpo humano. Industrialmente, se utiliza como fertilizante y producto de limpieza, pero también se emplea en el deporte principalmente en forma de sales de amoníaco, que son pequeñas almohadillas impregnadas con esta sustancia. Estas sales liberan vapores, lo que se conoce como concentración de amoníaco, y que algunos deportistas inhalan para intentar mejorar su rendimiento. Por otro lado, el amoníaco líquido es la forma pura y concentrada del compuesto, cuya exposición es poco común en este contexto pero muy peligrosa debido a su alta toxicidad y poder corrosivo.
Es fundamental comprender los riesgos asociados con estas prácticas, ya que el uso indebido puede provocar una intoxicación por amoniaco inhalado, con graves consecuencias para la salud que explicaremos más adelante.
Mitos sobre el uso del amoniaco para mejorar el rendimiento
Además, es importante aclarar los diferentes mitos del dopaje con amoniaco:
- Mito 1: “Mejora el rendimiento a largo plazo”: Aunque muchos deportistas recurren al dopaje con amoniaco, no existe evidencia científica que demuestre que mejora el rendimiento a largo plazo. De hecho, los efectos pueden ser contraproducentes. La inhalación de amoniaco no solo puede afectar negativamente al rendimiento deportivo, sino que también representa un riesgo para la salud de la persona.
- Mito 2: “El amoníaco me activa y me da más fuerza”: Es cierto que el amoníaco provoca una reacción instantánea del sistema nervioso, lo que puede sentirse como un impulso de energía. Pero esto no es una mejora real del rendimiento físico, sino una respuesta de emergencia del cuerpo ante un estímulo agresivo. En lugar de optimizar el esfuerzo, sobrecarga al organismo con un sobresalto químico que puede derivar en efectos negativos.
- Mito 3: “Es solo un segundo, no pasa nada”: Aunque la exposición sea breve, los vapores del amoníaco son altamente irritantes y pueden dañar los ojos, la piel, la garganta y los pulmones. Esta sustancia, también puede causar quemaduras graves en la piel, tos violenta o dificultad respiratoria.
En resumen, el uso de amoníaco no mejora el rendimiento de forma efectiva ni segura. Lo que parece una ventaja inmediata puede convertirse en un riesgo innecesario para la salud a corto y largo plazo.
Riesgos para la salud por inhalar amoniaco
El uso de amoníaco como método de dopaje puede provocar consecuencias graves tanto a corto como a largo plazo, afectando la salud interna y externa de quien lo utiliza.
Daños internos: vías respiratorias, pulmones y órganos
La inhalación de amoniaco provoca un fenómeno irritativo en las vías respiratorias, que se manifiesta en forma de tos, ardor de garganta y sensación de opresión en el pecho. Si la exposición es intensa y prolongada, estos síntomas pueden agravarse y evolucionar a condiciones más peligrosas.
Uno de los mayores riesgos de inhalar concentración de amoniaco es la posibilidad de daño irreversible en el sistema respiratorio. La exposición prolongada o grandes cantidades puede quemar tejidos de la tráquea, los bronquios y los pulmones, lo que en casos graves puede desencadenar un edema pulmonar (acumulación de líquido en los pulmones), insuficiencia respiratoria o incluso la muerte, si no se recibe atención médica inmediata.
Daños externos: piel, ojos, boca y garganta
El amoniaco desprende vapores muy irritantes que pueden afectar gravemente a los ojos, la nariz, la boca y la garganta. La exposición puede causar enrojecimiento, hinchazón, dolor intenso, lagrimeo excesivo e incluso ceguera temporal.
Además, el contacto directo con amoniaco puede producir quemaduras graves en la piel, incluso tras una exposición breve. Esto puede provocar cicatrices permanentes, ampollas y daños en los tejidos subyacentes. Por ello, es fundamental tomar precauciones adecuadas para evitar daños, incluyendo el uso de ropa apropiada y protección para los ojos al manipular amoníaco, ya que su exposición directa puede provocar lesiones graves.
Consecuencias negativas a corto y largo plazo
Como ya se ha mencionado anteriormente, el uso de concentración de amoníaco por inhalación conlleva graves riesgos tanto internos como externos: desde daños respiratorios y quemaduras graves en la piel, hasta afectaciones en ojos y mucosas.
A corto plazo, pueden aparecer síntomas como:
- Pulso acelerado y débil
- Náuseas, vómitos y dolor abdominal
- Fiebre o sudoración excesiva
- Mareos, desmayos e incluso pérdida de conciencia
- Fenómeno irritativo agudo en garganta, nariz y ojos
- Sensación de confusión o agitación
- Quemaduras graves en la piel
Estos efectos pueden manifestarse minutos u horas después de la exposición, y no siempre están acompañados de una sensación clara de peligro, lo que los vuelve aún más insidiosos.
A largo plazo, la repetición de esta práctica puede provocar:
- Lesiones pulmonares crónicas
- Disminución de la capacidad respiratoria
- Daños permanentes en la piel por quemaduras químicas
- Alteraciones en la voz o en la función de la tráquea
- Sensibilidad aumentada a irritantes y problemas bronquiales recurrentes
- Riesgo de dependencia psicológica al estímulo que produce la inhalación
- Ceguera permanente
En resumen, lo que comienza como una búsqueda de mejora temporal del rendimiento puede terminar en un deterioro progresivo e irreversible de la salud. La falsa sensación de control o de “uso puntual” no reduce el peligro real que representa esta sustancia cuando se utiliza fuera de un entorno industrial controlado
Alternativas seguras y legales para mejorar el rendimiento deportivo
Mejorar el rendimiento físico no tiene por qué implicar riesgos para la salud. Existen múltiples alternativas seguras, legales y eficaces que permiten alcanzar un mejor nivel deportivo sin recurrir a sustancias peligrosas como el amoníaco.
Entre las principales estrategias destacan:
- Entrenamiento planificado y progresivo
- Alimentación equilibrada
- Suplementación legal y controlada: Existen suplementos deportivos aprobados y seguros (como creatina, cafeína en dosis moderadas o electrolitos) que pueden ayudar sin dañar el organismo.
- Descanso y recuperación
- Técnicas de activación mental y concentración: La visualización, la respiración controlada o la música pueden aumentar el enfoque y la motivación antes de una competición sin necesidad de estímulos externos peligrosos.
Adoptar estas alternativas no solo mejora el rendimiento de manera sostenible, sino que también promueve la salud y el bienestar a largo plazo, elementos clave en cualquier carrera deportiva.
¿Qué hacer si alguien cercano inhala amoniaco para doparse?
Aunque como primera impresión parece que el amoniaco no es una sustancia peligrosa debido a esos “beneficios” cortos en el tiempo que puede traer para el rendimiento físico, lo cierto es que la inhalación prolongada de amoniaco puede llegar a causar la muerte. Al fin y al cabo, se trata de drogas, sustancias químicas que suelen consumirse para conseguir un estado físico y mental no natural para el cuerpo humano.
Si crees que algún ser querido utiliza este método para doparse, es imprescindible para su salud que intentes razonar con él, y en el caso de que esto te resulte imposible, consultar con profesionales. Puedes acudir al médico si notas que los síntomas no cesan, ya que una tardía intervención podría resultar fatídica causando daños irreversibles o incluso la muerte.
Si después de leer este artículo quieres preguntarnos algo, no dudes en contactar con Tibbon, centro de desintoxicación en Granada, te aclararemos cualquier aspecto relacionado con los problemas derivados de las drogas y el dopaje.
National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH). (2019). Ammonia: NIOSH chemical hazards. Centers for Disease Control and Prevention (CDC).
Acerca del autor/a
Beatriz Cano Sánchez Psicóloga e integradora social Beatriz es Graduada en Psicología por la Universidad de Granada, además, complementando su formación, Beatriz también ha cursado estudios de Integración Social. Esta formación le ha dotado de las habilidades necesarias para promover la inclusión y promover el bienestar de personas en situaciones de vulnerabilidad. Actualmente, Beatriz se prepara para iniciar el Máster en Psicología General Sanitaria. Asimismo, Beatriz ha realizado diversos cursos complementarios que enriquecen su práctica profesional, entre estos destacan los enfocados al tratamiento y prevención del suicidio y el Trastorno Límite de la Personalidad.
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