La familia es muy importante para la recuperación del adicto porque también lo ha sido durante el desarrollo de las etapas de la adicción. Los programas de rehabilitación que incluyen la colaboración del entorno en el proceso de tratamiento de un adicto tienen un impacto muy positivo en el compromiso del paciente. ¿Cómo puede ayudar la familia en este proceso de recuperación?
Cómo ayuda la familia a la recuperación del adicto
Cuando la familia interviene, está demostrado que aumenta la adherencia y retención en el tratamiento. Es decir, los pacientes suelen mantenerse más tiempo en el tratamiento, con más posibilidades de finalizarlo con éxito. Ya que los tratamientos son largos, las posibilidades de que abandonen son menores gracias al apoyo familiar.
Cuando los miembros de la familia están involucrados en el proceso y tienen un papel activo, pueden ayudar muchísimo a los especialistas en la labor diaria de supervisión del proceso del paciente. Los familiares que conviven directamente con el enfermo son una fuente de información para saber, sobre todo en la etapas más críticas, si el paciente está haciendo lo que debe en casa.
Pueden estar atentos a las señales de alerta para evitar las recaídas del adicto:
- Si hay otros comportamientos compulsivos.
- Si está depresivo, sin ganas.
- Si el paciente empieza a romper su rutina.
- Si cambia su estilo de vida en recuperación saltándose líneas rojas que no puede, como despertarse muy tarde o volver a adoptar malos hábitos.
- Si incumple sus responsabilidades por intrascendentes que puedan parecer.
- Si está irritable, agresivo o con tendencia a la ira.
Resultan muy útiles para averiguar por qué el paciente se está estancando en su proceso.
La crisis familiar y de roles que provoca la adición en la familia ha de resolverse también durante la recuperación. Es común que haya una crisis de identidad en los roles asignados durante el desarrollo de la enfermedad.
Madres y padres adictos que se convierten en hijos de sus hijos, donde los niños asumen el papel de padres, los responsables de tirar hacia adelante en casa. Volver a ejercer de hijos es su derecho y esta inversión de papeles ha de darse durante la convivencia en la recuperación. Todos los miembros deben volver a adoptar el papel asignado de forma natural y esto se lleva a cabo con la ayuda de los profesionales.
A continuación se detallan las ventajas de contar con la familia del adicto durante su recuperación.
1. Ayuda a proceso de madurez del adicto
El proceso de madurez del paciente necesita de un tiempo y de la colaboración y comprensión de su entorno. En superar una adicción se tarda tiempo. Volver a recuperar a un padre, hijo, hermano, en una sana relación es fundamental para todo el entorno. Las relaciones de comunicación, afecto y autoridad se van clarificando.
2. Más probabilidades de éxito del tratamiento
Disminuyen el nivel de consumo y las tasas de recaídas porque la familia es un factor fundamental para la protección del consumo de drogas. A mejor comunicación, más dificultades hay de que el adicto tenga ganas de consumir. Un buen ambiente familiar, hará que no sientan la necesidad “tirarse a la calle”
3. Se trabaja en equipo
La familia, que también ha sufrido un proceso de desgate y de sufrimiento, va mejorando en su cohesión y relaciones. Esto hace muy feliz al paciente y le motiva a seguir tratándose porque ve que las cosas mejoran gracias a su esfuerzo y que está recuperando a sus hijos, padres o hermanos.
4. Creación de una rutina sana
Es el mejor soporte para que el adicto pueda normalizar su reinserción y su vida. No sólo en los adolescentes sino también en los adultos. Las relaciones entre parientes ayudan a volver a definir al enfermo como una persona competente y con potencial para lograr sus metas como individuo.
Facilitan su participación en la toma de decisiones y también le van asignando cada vez más responsabilidades. El respeto por sus ideas hace que vean factible la posibilidad de formarse y volver a trabajar.
5. Aumento del autoestima
Algunos han perdido toda esperanza de recuperar las relaciones y si han perdido definitivamente a la pareja, el cariño y la protección de su ambiente familiar, le harán volver a sentirse una persona querida, respetada y digna.
Hay que tener en cuenta que aunque no sean culpables del daño que han podido causar, sí son responsables y los sentimientos de culpa les dificultan mucho el avance. Los sentimientos de un adicto tienden a la negatividad y a creer que no se merecen ese cariño.
Conclusión
Es importante terminar diciendo que en la vida de las personas, no sólo las relaciones de sangre pueden hacer la función de la familia sino también otro tipo de vínculos, amigos, jefes, etc. pueden jugar un papel muy importante en el proceso terapéutico. Los especialistas tienen esto en cuenta para contar con esas otras personas significativas para el adicto.
Acerca del autor/a
Beatriz Cano Sánchez Psicóloga e integradora social Beatriz es Graduada en Psicología por la Universidad de Granada, además, complementando su formación, Beatriz también ha cursado estudios de Integración Social. Esta formación le ha dotado de las habilidades necesarias para promover la inclusión y promover el bienestar de personas en situaciones de vulnerabilidad. Actualmente, Beatriz se prepara para iniciar el Máster en Psicología General Sanitaria. Asimismo, Beatriz ha realizado diversos cursos complementarios que enriquecen su práctica profesional, entre estos destacan los enfocados al tratamiento y prevención del suicidio y el Trastorno Límite de la Personalidad.