Las drogas hackean la actividad del cerebro intoxicando el sistema nervioso central. Hacen que actúe de una manera que desarrolla la adicción y agota el funcionamiento natural del mismo. A continuación te contamos cómo afectan las drogas al cerebro.

 

¿Cómo afectan las drogas al cerebro?

Todo lo que hacemos, vemos, sentimos o pensamos es producto de nuestro cerebro. Si entendemos el cerebro, nos entendemos a nosotros mismos. Sin embargo, es posible cambiarlo para bien o para mal. Y las drogas lo hacen.

El cerebro es el primer productor y consumidor de drogas. Las drogas son productos químicos y nosotros también somos seres químicos. El hecho es que son peligrosas para el cerebro porque intoxican la neurotransmisión, la comunicación, que es la forma que tiene de trabajar este órgano y hacer trabajar a los demás. Las redes de neuronas se comunican entre ellas y otras partes del cuerpo por impulsos eléctricos, neurotransmisores.

Estos neurotransmisores son moléculas, productos químicos liberados por las neuronas para llevar la información de una célula nerviosa, neurona, a otra. Envían un mensaje a través de las sinapsis o espacios que hay entre ella y otras neuronas. Este mensaje, que va y vuelve, y cómo funcionan los neurotransmisores y los receptores es todo un proceso complejo  y cíclico que no vamos a entrar a describir.

Los que nos interesa es que las drogas liberan neurotransmisores que se adhieren a los receptores de la neurona como una llave a una cerradura. Lo que hacen las drogas es imitar con su estructura química el funcionamiento natural del organismo, del cerebro, afectando el sistema nerviosos central imitando neurotransmisores, o alterando la neurotransmisión. 

Sin embargo, no lo hacen exactamente igual porque pueden coincidir en la estructura, pero no en la capacidad sobre la activación de los neurotransmisores y por tanto, las señales que envían por la red cerebral son anómalas. Fastidian la máquina más importante para ser nosotros mismos.

Este proceso de hackeo:

  1. Provoca la adicciónEl desarrollo de la adicción se produce porque el abuso de drogas afecta al sistema dopaminérgico, a sus receptores DAD2 y a sus conexiones. Es decir, la droga disminuye la cantidad de estos receptores generando un déficit dopaminérgico en las áreas cerebrales encargadas de regular funciones directamente relacionadas con la adicción. Esta falta de dopamina en términos generales, se puede traducir como la incapacidad para sentir placer y actuar en consecuencia. Por esto necesita de la droga para funcionar después. Cuando hablamos de placer, hablamos de todo lo que significa e implica el placer para el cerebro, que va más allá: la motivación, atención, dedicación, supervivencia, toma de decisiones, etc.
  2. Afecta las áreas sobre las que actúan de manera que según el área afectada, se alteran unos u otros conjuntos de funciones.

 

 

¿Qué zonas del cerebro se ven afectadas?

 

El sistema de motivación y control ejecutivo (áreas del sistema mesocortical)

Se encargan de los procesos ejecutivos y entre ellos encontramos el autocontrol, la capacidad de inhibir procesos y por tanto, de modular nuestro comportamiento. Al darse una disminución de DAD2 en estas zonas cerebrales aparece la impulsividad

Los problemas en esta zona se relaciona con trastornos cognitivos como la Esquizofrenia, Parkinson y Déficit de atención.

 

El sistema de memoria y aprendizaje (sistema mesolimbico)

  • Núcleo Accumbens: Se le conoce como el centro del placer. El aumento de la dopamina en esta zona se asocia con el refuerzo positivo y eso hace que aumente la motivación de llevar a cabo una acción. Las drogas se asocia con una sensación de placer que motiva volver a realizar la conducta adictiva. Aquí está el motivo por el que la acción de drogarse se convierte en un hábito y cada vez que se hace, es como si se grabase más fuerte. 
  • Cerebro límbico. En este sistema se integran las emociones con patrones de comportamiento. Se aprende y dota de significado emocional a las experiencias. Este valor subjetivo otorgado a una experiencia va a favorecer tanto el aprendizaje como su recuerdo. 

 

Al comenzar a consumir drogas, se produce un explosión de emociones positivas en esta zona que favorecen el aprendizaje y el mantenimiento de la conducta de consumo. Cuando nos encontramos con una fase de abuso, los receptores DAD2 han disminuido también en esta zona, por lo que será más complicado asociar nuevas experiencias a una sensación placentera, debido al agotamiento dopaminérgico.

La función de la dopamina puede recuperarse hasta cierto punto con la abstinencia, pero no siempre las capacidades afectadas. 

Hay drogas creadas o alteradas en laboratorios que afectan principalmente a un neurotransmisor o a una clase de neurotransmisores y afectan secundariamente a otros. Hay drogas que implican hasta tres circuitos de recompensa del cerebro como el MDMA, que libera un incremento de dopamina, serotonina y noradrenalina. 

El cerebro del adolescente que aún no está completamente desarrollado, como si dijésemos está menos conectado entre si, es más vulnerable aún.

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Acerca del autor/a

Beatriz Cano Sánchez Psicóloga e integradora social Beatriz es Graduada en Psicología por la Universidad de Granada, además, complementando su formación, Beatriz también ha cursado estudios de Integración Social. Esta formación le ha dotado de las habilidades necesarias para promover la inclusión y promover el bienestar de personas en situaciones de vulnerabilidad. Actualmente, Beatriz se prepara para iniciar el Máster en Psicología General Sanitaria. Asimismo, Beatriz ha realizado diversos cursos complementarios que enriquecen su práctica profesional, entre estos destacan los enfocados al tratamiento y prevención del suicidio y el Trastorno Límite de la Personalidad.

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