El autoengaño es la base que mantiene la adicción. Si preguntásemos a cualquiera del entorno del adicto cómo es esta persona, lo primero o segundo que nos diría es que es un mentiroso. Y es que miente porque sobre todo, se miente a si mismo. ¿Cómo puede despojarse del autoengaño para asumir que tiene una adicción?

 

Cómo aceptar una adicción

El autoengaño les permite seguir viviendo esa realidad espantosa en la que son esclavos del consumo. Cada vez son más fuertes los autoengaños. En casos avanzados, si tienen momentos de lucidez, no pueden soportar lo que les está pasando y consumen más para olvidarlo. Es el truco que mantiene el ilusionismo. Se miran en el espejo, pero no pueden verse.

Para destruir ese espejo hay que :

 

1. No buscar la causa de lo que pasa fuera de la droga. Es su responsabilidad.

El adicto cree que la culpa de lo que le pasa siempre es de algo externo y no interno. Drogarse tiene efectos y consecuencias, pero el adicto prefiere pensar que  no son responsabilidad de su conducta sino el resultado de su mala suerte o de las malas acciones de otros. Frases como:

  • «Todo me pasa a mí «
  • «Nadie me quiere Nadie me ayuda» 
  • «Mi familia no me entiende»
  • «Me han echado porque me tienen envidia»

Es una manera de proteger su consumo. Piensa  que no necesita cambiar su comportamiento ya que no es el responsable de lo que le está pasando.  Por eso crean un personaje de consumo, porque representan una ficción y deben mantenerla para que tenga algún sentido el sinsentido que están viviendo.

La culpa de las cosas  que te pasan es de tu consumo y no al revés.  No consumes porque tienes conflictos. Consumes y por eso, tienes problemas. Sólo tú puedes cambiarlo.

 

2. Da igual que los demás también consuman

Puedes pensar que es que vas con gente que también toma drogas. ¿Por qué vas a dejarlas tú?  Claro, te has rodeado de gente consumidora. Pero no sabes cómo les afecta a ellos. No sabes si están realmente destrozados ¿no? A ti, a ti concretamente, drogarte te está convirtiendo en adicto.

 

recuperar vida

 

 

3. Concienciarse de que cuanto más tiempo pase, más difícil será dejar de consumir. Cuanto antes lo intentes, mejor. Dejarlo no es fácil, no es como empezaste.

  • «Mañana lo dejo»
  • «Hoy es la última»
  • «Esta es la última que me tomo o me meto….»

Son frases ya han cruzado por la mente de un adicto en algún momento.  

Pero luego piensan que aún pueden seguir así, que todavía no es el momento de dejarlo.

Tienes una voz que interna que te está advirtiendo. Escúchala. Se te volverá a olvidar.  Así que escríbelo en grande en tu espejo para que lo veas por la mañana en momentos más lúcidos.   

Si te viene esto cuando estás hecho un asco es precisamente para que se te olvide cuando estás mejor y no puedas hacer nada para cambiarlo.

 

4. Darse cuenta de que es progresivo y de que tendrás menos libertad cuanto más tarde lo dejes

Es la falsa sensación de control. Tú no lo controlas. Adicto igual a esclavo. Esclavo es no tener la capacidad de elegir. Cuanto mas tiempo consumas, esa capacidad irá  siendo cada vez más pequeña. Esto se debe a la tolerancia y la dependencia. Y además puede llegar a ser irreversible.

 

5. No es necesario mentir: lo saben todos

Empezaste a hacerlo quizá porque tu consumo es ilegal y es normal mentir a  los demás, o si es alcohol porque te sientes mal haciéndolo. Aprendiste a mentir y lo haces sin darte ya ni cuenta, compulsivamente, para justificar tu recaída o para seguir tomando. Mientes porque te dices que no eres un drogadicto, que tú no estás como los de la calle.  Pero sí lo eres, son más cantos de sirena.

No contestes que no cuando te pregunten si te has escondido a consumir en el baño, por ejemplo o si has escondido tú esas botellas porque ya saben que sí.

No pasa nada que digas la verdad. No pueden hacerte nada peor de lo que tú te estás haciendo.

Si estás pensando que tú no vas a poder dejarlo, que no te ves , que es imposible vivir sin drogas, que llevas años haciéndolo, dilo en voz alta porque sigues auto engañándote.

No puedes permitirte el lujo de mantener el autoengaño porque, además, es lo que le hará caer una y otra vez. Si no empezamos por aquí, es imposible avanzar y lo que avanzarán serán las etapas de la adicción, una enfermedad progresiva.

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Cómo aceptar una adicción: supera el autoengaño

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